Kassé Mady Diabaté tiene una de las voces más hermosas del oeste africano. Descendiente de una distinguida familia griot (hermano de Abdoulaye Diabaté), su nombre pertenece a esa "realeza musical" de la que forman parte otros griots como Toumani Diabaté o Bassekou Kouyaté. Más conocidos por su labor de "guardianes de la tradición", los griots son también considerados como mediadores en casos de rivalidades o discusiones en sus comunidades. Su función es la de canalizar todas las emociones e impulsos de estos desencuentros y convertirlos en canciones. Es por esto que, en este mundo dominado por la tradición oral, solo poetas como Kassé Mady Diabaté, que traduce las preocupaciones del alma humana en historias musicales, pueden alcanzar tal nivel de excelencia y convertirse en un tesoro nacional en Malí.
Nacido en la cuna de la civilización Mandinga, Kassé Mady se formó desde muy pequeño con su tía Sira Mory Diabaté, la cantante mandinga más conocida de su época y todavía referente en la escena artística de Malí. Su reputación fue creciendo en los primeros años de independencia y en 1970 se convirtió en vocalista de la Orchestre Régional Super Mandé de Kangaba, con quien ganó la Bienal de Música de Bamako (una iniciativa estatal para promocionar artistas que fomentan el patrimonio cultural), llamando la atención de Las Maravillas de Malí (un grupo que estudia en Cuba y que regresa para realizar sus interpretaciones de clásicos cubanos). Con Kassé Mady como vocalista, Las Maravillas (más tarde conocido como Badema National) logra un gran éxito en toda África Occidental, con canciones de estilo cubano pero con un nuevo toque mandinga.En 1988 deja Badema National y se establece en Paris, donde graba su primer disco en solitario con el productor senegalés Ibrahima Sylla. En los diez años que vive en Paris toca con Toumani Diabaté y forma parte de su Symmetric Orchestra primero, colabora con Ketama en su Shongai 2, graba varios discos como solista, y a su regreso a Mali participa en el proyecto Koulandjan con TajMahal, y en Afrocubism, producido por Nick Gold.
Su último disco Kiriké (en No Format!) es una celebración de sus cincuenta años en la música. Es un trabajo con el que vuelve a sus raíces y en el que se apoya en una banda acústica de ngoni, balafón y kora (interpretada por Ballaké Sissoko), con un delicado trabajo de cello del productor Vincent Segal, donde se pone de manifiesto la belleza de su voz que conmueve con las historias de sufrimiento y de alegrías que transmite.
Tracks list:
01. Simbo
02. Sori
03. Ko Kuma Magni
04. Sadjo
05. Toumarou
06. Kiriké
07. Douba Diabira
08. Hera
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